Sucede que, cuando la gente
escucha “coordinación de moda”, se imaginan el glamour que implica asistir a innumerables
pasarelas y eventos sociales, recibir obsequios de las marcas y señalar con el
dedo índice la ropa que aparecerá en los editoriales de moda.
Nada más alejado de la realidad. Ser coordinadora de moda o fashion stylist
es un gran trabajo. Apenas dispones de unos cuantos días para diseñar el
concepto general de la sesión, establecer relaciones con las marcas, conseguir con ellas cada una de las prendas
necesarias (más muchos, muchos backups…
por si alguien cambia de opinión) en sus respectivas tiendas o
showrooms (cabe mencionar aquí las impresionantes distancias del DF y lo terriblemente incómodo -y casi imposible- que es hacerlo en transporte público).
En pocas y afortunadas ocasiones,
esto se lleva a cabo en un estudio de fotografía que cuenta con todas las
comodidades. Sin embargo, los shootings en exteriores son más atractivos. Cuando esto sucede, no hay camerinos
portátiles, baños, sillas ni alimentos. Y entonces, como coordinadora de moda, te ves en medio de la calle con
dos modelos semidesnudos cambiándose a toda velocidad en tu pequeño coche y un cargamento de
collares de Carolina Herrera, abrigos de Louis Vuitton y zapatos de Ferragamo
que terminas recogiendo de la banqueta y aventando en la cajuela, pero que DEBES
devolver al día siguiente en impecables condiciones o correrán por cuenta de tu
tarjeta de crédito personal.
Y, ¿por qué no? Llega la policía a solicitarte tu permiso para tomar fotos en ese lugar, o bien, te lleva la grúa al corralón -con todo y las perlas de Chanel- por estacionar tu automóvil/camerino en un sitio prohibido (¡las dos cosas nos pasaron durante este shooting!).
Por si fuera poco, los horarios
no siempre son los más convenientes. Cuando
el llamado es a las 9:30 pm, terminas a las 7 am del siguiente día… y
claro, sin dormir, a las 12 pm tienes que devolver lo que las marcas te
prestaron en sus respectivas bolsitas y oliendo a nuevas… con todo y papel de
china sin arrugar.
No. Ser coordinadora de moda no
es fácil. Pero ¿a quién queremos engañar? Nos
encanta contar historias a través de la ropa… ¿Y los desfiles de modas y
cocteles? Ahorita no, gracias.
A continuación, les comparto las
imágenes de uno de mis primeros
editoriales como asistente de coordinación de moda para la revista Caras Sports de abril 2014, inspirado
en la famosa pareja de criminales Bonnie y Clyde.
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