Más
allá de lo físico o lo romántico, llegar a amar a alguien es un proceso largo y
nada superficial. Primero debes asegurarte de que conoces todo lo que puedes
conocer del susodicho: sus secretos, temores, virtudes, errores, sueños y
fetiches. Si aun con sus 6 dedos y su
adicción a los videojuegos, piensas que es la persona más maravillosa del mundo,
felicidades, tu corazón está a punto de
quedar marcado por el resto de tu vida.
En
segundo lugar, y este es un punto decisivo, debes creer con cada célula de tu
cuerpo que, de alguna u otra manera, ese amor es para siempre, que es como el
infinito y no tiene final. Porque, verás, no se puede “amar” solo un ratito,
mientras dure el verano o antes de que encuentres a alguien mejor. Cuando dices “te amo”, te tatúas el nombre
de tu amado bajo la piel y no hay vuelta atrás.
Pero entonces, una mañana despiertan y alguien se aburrió de las mismas conversaciones, alguien quiso emprender una nueva aventura, alguien deseó probar otros labios, o, simplemente, ambos decidieron tomar caminos separados.
Y
entonces llega la pregunta que ya asedió a Carrie Bradshaw hace varios años: “si
amas a alguien y la relación termina, ¿a dónde se va el amor?”. Y es que el
amor no es cosa pequeña. No. El amor es
demasiado grande para meterlo en un baúl. Demasiado pesado para atarle un par de globos y dejarlo volar.
Demasiado fuerte para matarlo a golpes. Y demasiado permanente para borrarlo
con la goma de un lápiz.
Todos
los psicólogos, libros, textos y videos de autoayuda dicen lo mismo: impacto,
negación, depresión, culpa, rabia, resignación y, finalmente, reconstrucción.
“Todas las etapas del duelo son normales y, en unos cuantos meses, siempre y cuando nos concentremos en
nosotras mismas y en hacer lo que nos gusta, estaremos mágicamente sanadas”.
Tú,
obediente, sigues las instrucciones al pie de la letra. Destinas unos cuantos
días a comer helado, llorar religiosamente y ver Diario de una Pasión hasta
aprenderte los diálogos. Después moderas el llanto, te metes a clases de cerámica los martes y jueves, y de pole dance los miércoles y viernes,
y echas a la hoguera tu colección de fotos borrosas, cartas con mala caligrafía
y el osito de peluche que te regaló cuando cumplieron 5 meses.
A
continuación, tus amigas te llevan al café y sueltan la lengua con una lista detallada
(que, por supuesto, desconocías por completo) de los defectos del hombre que se
marchó de tu vida, con la esperanza de que surta algún efecto en tu cabeza dura.
Y una noche, a modo de graduación, te
ponen tu push-up bra, el vestido más
corto y ajustado que encuentren en tu armario y te lanzan al mercado de nuevo. “Ya
es hora, has pasado mucho tiempo sola”, aseguran con su voz de sabihondas y
mirándote como si estuvieras oxidada.
Seguiste
todos los pasos, de verdad, lo juras… después de todo, ¿quién no querría
curarse de esta enfermedad mortal que llaman amor? Pero, por algún motivo, la magia no hizo efecto en ti. Tu corazón
tiene un hueco que no logras llenar.
Los
años pasan y descubres que el tiempo no lo cura todo,
sólo hace que las heridas se vuelvan tan profundas que ya no arden como al
principio, pero sí se convierten en un dolor hondo y permanente con el que
tienes que aprender a vivir.
Tanto
él como tú, han buscado la tan anhelada “reconstrucción” y se han visto
envueltos en un vals de relaciones que
lucen bien por fuera, pero que, en el fondo, son como un café descafeinado con
leche deslactosada y sustituto de azúcar.
Y
entonces, el día menos esperado, cuando llevabas tus jeans viejos y las
pestañas sin rimmel, sus miradas se
vuelven a cruzar y la pieza faltante del rompecabezas finalmente regresa a su
lugar. Ya no son los mismos, sus corazones han sufrido más golpes y sus
sueños han madurado, pero sus manos todavía encajan a la perfección. Y
descubres que, una vez creado, el amor no
se destruye, sólo se transforma; y más tarde que temprano, acaba en un
calendario de visitas secretas: tés tropicales a media noche, picnics
dominicales y charlas tendidas en el parque de siempre.
Lloré poquito, en el momento perfecto <3, gracias.
ResponderEliminarOh....si!!!! :)
ResponderEliminartp
Ayyyy Fer.... me encantó....!!! Me fascina la manera de plasmar mucho de lo que has vivido..! Te amo
ResponderEliminar